domingo, 22 de mayo de 2016

El negocio de la caza

Como en toda actividad, deporte, hobbie(llámalo como quieras) que se preste, siempre hay empresarios y emprendedores que intentan generar negocios en torno a dichas actividades. Esto es totalmente legítimo, e incluso esencial, pues que, por ejemplo la caza, genere dinero es algo muy positivo para las áreas cinegéticas, pues se podrá invertir dinero en estos cotos para así mejorar las condiciones del monte, e incluso para los pueblos cercanos, pues son muy comunes los desayunos pre-cacería en la cafetería del pueblo y demás... Cómo he dicho, esto es totalmente legítimo y positivo para el mundo cinegético. Ahora bien, ya no es tan legítimo ni tan bueno, sobre todo para el monte, cuando se sobre explota la actividad cinegética, cuando el control no es suficientemente exhaustivo o cuando no hay una legislación clara entorno al negocio.

Durante los último años he notado un enorme ascenso en la cantidad de "cacerías" que se ofertan, donde se asegura el abatir una enorme percha, o por lo menos tener la oportunidad de tirar mucho. Os hablo, en su mayoría, de la caza menor, y en especial de los ojeos de perdiz.



Son innumerables los ojeos de "perdiz"que se oferta al cazador español durante la temporada, y muchos de ellos por precios desorbitados. Sin embargo lo del precio no me importa, lo que sí me importa es que se "manche" de perdiz de granja el monte. 

Los cazadores siempre nos quejamos de que hay que garantizar una buena genética en nuestras especies, que no hayan cruces con animales de granja, como ocurre con el cerdolí (cruce de jabalí y cerdo vietnamita) en el levante valenciano. Sin embargo, acabamos (hablando como colectivo cazador en general) acudiendo a ojeos donde se sueltan miles de perdices de granja hacia nosotros para abatirlas. 

Si queremos cazar perdices, tenemos que esperar y ponerle mucho empeño(y dinero) en nuestro coto para que así críe bien la perdiz salvaje. Hay que protegerla, y no desesperarnos por que no podamos tirarlas por falta de abundancia. Muchas veces dejamos nuestro corazón cazador y sacamos nuestro corazón "escopetero". La solución no es ir a la desesperada a ojeos donde se tiran 40 perdices de granja por puesto. Si no hay, no se tira, es lo más lógico del mundo.

Ahora bien, como ocurre con los ojeos, también ocurre con la caza del conejo, donde se sueltan conejos de granja en cotos para aumentar el número de animales, en la caza mayor, aunque en menor medida...



El caso es que creo que este tipo de negocios se deberían de controlar más. No puede ser que podamos soltar 500 perdices de granja así porque si. Claro, muchas veces la gente que organiza este tipo de cacerías son empresarios, y no cazadores, piensan en el dinero en vez de en el campo.

El negocio en la caza tiene cosas buenas y cosas malas, sin embargo, creo que se podrían eliminar un montón de cosas malas si nos interesásemos más por lo verdaderamente importante, que es preservar el monte, el carácter natural de los animales y garantizar el equilibrio. Espero que algún lector esté de acuerdo con mi visión ¡Un saludo!

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