miércoles, 27 de abril de 2016

El físico atrae, pero el 410 enamora

El 410 es uno de esos calibres que enamora. Es suave, ligero, fino y que solo mata cuando das de lleno en el blanco. La esencia de la caza. Además de eso, es un calibre que me trae enormes recuerdos, pues es con el que llevé a cabo mis primeros tiros y cobré mis primeras piezas hace ya bastantes años. Todavía recuerdo aquellos días donde mi abuelo o mi tío me llevaban con la pequeña paralela del 410 a los olivares a ver si me hacía con alguno y ya de paso protegíamos los olivos a los que tanto cariño tenía mi abuelo.



Hoy en día poco se usa este calibre, excepto para lo que os he dicho, niños que bajo la tutela de sus padres, tíos o abuelos comienzan a hacer sus primeros pinitos en esto de la caza. Sin embargo, yo personalmente sigo utilizando este calibre ¿Para qué? Pues para los reclamos por ejemplo. Es un calibre genial para esto, pues no destroza para nada la pieza, lo que nos garantiza que después podamos disfrutar de un buen plato de perdiz.

Además de para el reclamo, de vez en cuando también hago uso de este calibre cuando veo que hay excesiva densidad de conejos en zonas de provecho como son los olivares, bien a la espera o bien pateando los olivos de arriba a abajo.



La verdad es que cuando utilizo este calibre me siento como cuando me llevaban a cazar de pequeño. Inmensa ilusión e inmensa satisfacción cuando abates una pieza, pues sabes que si lo has hecho es porque has apuntado perfectamente, pues este calibre no admite error alguno.

Como hice con el calibre 20, en breves haré un mini análisis sobre este calibre, sus pros y sus contras, basándome tanto en lo que he experimentado como en lo que he leído. Pero sin duda alguna, el 410 es un calibre que hay que probar, y que nos llevará a nuestros comienzos cinegéticos y a la caza tal y como se hacía hace unas décadas.

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