martes, 19 de enero de 2016

¿Cuál es el futuro de la caza?

Sinceramente, y creo que muchos de vosotros estaréis de acuerdo con lo que voy a decir, no le veo un buen futuro a la caza. Son dos los principales problemas que deben de enfrentar, no solo los cazadores, sino también la sociedad en general.

El primero de ellos es el relevo generacional. Tengo 18 años y a día de hoy, conozco a muy muy poca gente de mi edad, y por conocer digo de haber visto alguna foto en redes sociales y demás, que sea cazador. Con cada generación que pasa, nos vamos alejando más del monte y nos metemos más en la ciudad, estamos mas pendientes de nuestras pantallas(se hace raro decirlo en un blog) que en la mayor pantalla que tenemos hasta ahora, la naturaleza. Recuerdo cuando iba de pequeño a cazar con mis tíos y mi abuelo, cuando los hijos acompañaban a los padres a las cacerías y estaban entusiasmados con ello. Sin embargo, todos esos niños que un día gritaban de alegría cada vez que sus padres les decían que a la mañana siguiente tenían que madrugar para ir a cazar, han crecido y han dejado por completo su vínculo no solo con la caza, sino con el mundo natural.

El segundo de ellos es, como no, la sociedad y los políticos. Hoy en día, la gente, evidentemente no cazadora ni relacionada con el mundo cinegético, estigmatiza a los cazadores de asesinos y de malas personas cuando se enteran de que uno u otro es cazador. Tal es la oleada de incompetencia que, cada temporada, aumenta la cantidad de reglas sin sentido que lo único que producen es que a los cazadores se les quiten las ganas de salir al monte a disfrutar. Evidentemente, no estoy hablando de los cupos de piezas ni medidas por el estilo, pues necesitamos de este tipo de medidas para poder garantizar la biodiversidad en nuestros montes, hablo de medidas como por ejemplo, en la comunidad de Castilla la Mancha, tener que llevar a cabo un cursillo de trampero, que aproximadamente cuesta unos 300 euros, para poder poner lazos en un coto(con doble freno), y muchas otras tonterías que están apareciendo en los reglamentos de caza de las comunidades autónomas.

Como he dicho antes, estos son problemas que no solo hemos de afrontar los cazadores, sino también la sociedad no cazadora. No puede ser que para poner una serie de lazos en un coto un guarda deba de hacer un cursillo y encima, cada día revisar cada uno de los lazos que ha puesto ¿Para qué? Lo único que se consigue es que en los cotos los propietarios ya no puedan controlar la población de depredadores como los zorros, por ejemplo, y crear un mayor desequilibrio en el medio, ya que para poner unos cuantos lazos la parafernalia que hay que llevar a cabo es demasiado grande.

¡Un saludo y buena caza!

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